Todo llega, dicen. Y es verdad. El problema no es si llega, sino cuándo llega. A veces las cosas llegan cuando ya es tarde. Otras veces, lo que esperás llega antes, cuando no estás listo. Todo tiene su momento. Antes o después de ese momento, nada prospera. El destiempo son dos calles que nunca se cruzan. El destiempo es llegar cuando la fiesta terminó. El destiempo no es solo que algo te llegue tarde, es también llegar tarde a eso. Es no tocar a tiempo la nota justa. El destiempo es perder el tren. El destiempo es un perdón que llega tarde. El destiempo es como una fruta verde, amarga. Mi vida siempre fue a destiempo. Mi hija me llegó a destiempo. Me enamoré y fue al único hombre al que no volví loco. Él me volvió loca a mí. Quedé embarazada y cuando tuve a mi hija quise dejarlo y desapareció con ella. Y eso estuve haciendo todo este tiempo: intentando rescatar a mi hija
Porque cuando yo necesitaba hablar, vos no podías escuchar. No sé, algo más a destiempo, supongo.
Y ahora que lo estoy, ya es tarde. Como nosotros. Cuando vos te enamoraste de mí, yo no estaba lista. Ahora que puedo amarte bien, ya es tarde. Cinco segundos antes puede ser el momento ideal. Cinco segundos después, el peor momento. El destiempo es un desencuentro. Es sabiduría que llega cuando ya no la necesitás. El destiempo es una tarde fría en verano. El opuesto al lugar y la hora indicada. El destiempo es una discusión entre sordos. El destiempo es una ironía.
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